miércoles, 24 de junio de 2009
Star Trek, un Reboot que se antoja necesario
Pero la última aventura cinematográfica Star Trek: Nemesis (2002) mostró el debilitamiento de los personajes y la falta de madurez de los conceptos, cuestión que se intentó corregir en la serie Enterprise ubicada 100 años antes que la saga original creada por Gene Roddenberry en 1966, cuestión que desarticuló aún más a la saga original. Tuvieron que dejar descansar el concepto general por cuatro años para que se pensara nuevamente en hacer una nueva película de Star Trek, ahora enfocada en una generación que nunca visto las aventuras cinematográficas o televisivas del capitán Kirk y su tripulación (lo que no significa que no sepan quienes son pues son personajes icónicos de la cultura pop), pero se decidió finalmente, lo que en un principio parecía ser un error y un horror, por hacer un relanzamiento de la serie, es decir comenzar desde cero, lo cuál siempre representa un problema.
Ya no se puede retomar enteramente el espíritu de la serie sementera pues los tiempos son mucho más complejos, las series y las películas son mucho más elaboradas y menos simplistas de lo que eran en aquel entonces; pero existen todavía las personas que crecieron con esas películas (ahora son los que llevan a sus hijos a ver películas) y la cuestión estaba en cómo hacer para que se creara algo nuevo sin dañar lo que ya se tenía hecho.
El resultado es excepcional en parte por la labor del director, la nueva promesa de Hollywood, J. J. Abrahams (lost, Mision Imposible 3) y de los escritores Roberto Orci (nacido en México por cierto) y Alex Kurtzman, de quienes conocemos sus guiones para Transformers 1 y 2, Missión Imposible 3 entre otras, quienes retomaron la historia desde el punto de partida de un universo alterno lo cual les da la libertad de dejar intactas las series originales y a su mundo entero y pueden reestructurar una nueva saga completamente novedoza y actual sin dejar a un lado los puntos de unión con el pasado, como es el caso de traer al Spock original, Sir. Leonard Nimoy para que haga su Cameo en pantalla y deje todo en claro para los espectadores.La saga cuenta además con varios puntos a destacar, desde el principio sustituyen lo kitch o clamp de los personajes originales por errores originados por la novatez de sus participantes, un Kirk muy joven y mucho más rebelde que lo que esta uno acostumbrado quien entra en la academia espacial por una suerte de apuesta ególatra, un Spock joven (Zackary Quinto) que se lleva las palmas en particular al contraponerse al Spock original y al demostrar ser más humano de lo que se quisiera o pudiera ser el personaje, pero también se le da peso al resto de la tripulación quienes no dejan de estar acorde al nuevo milenio. También cambian la estética acartonada por una estética ultra tecnologizada y más coherente (considerando que es una película de Ciencia Ficción y que debe de tener cierto grado de exageración y fantasía para que funcione).
La película no carece de problemas como el forzado romance entre Spock y Urdula, excesivo tiempo en la tierra y en la infancia de Kirk que no tiene razón de existir, la falta de solidez en alguno de los personajes principales (Scotty por ejemplo que se reduce a un patiño), el abuso de las convenciones del género (no pudieron evitar una persecución con monstruo estilo Star Wars o Cloverfield) que en realidad no aportan nada a la trama y los tradicionales huecos temporales (¿¿25 años desde que llega la nave de Nero hasta que se enfrenta nuevamente con el Enterprise??). Sin embargo, los errores no opacan las virtudes de una película que pudo haber sido un completo fracaso.
Las mejores virtudes se encuentran en su manejo de la trama al reestructurar la saga sin alterar los originales, la frescura en su tratamiento y el buen manejo de la acción y aunque faltaron las frases celebres si terminan con la leyenda: "Space, the final fronier" como la promesa de ser un buen parteaguas para el futuro de la nueva saga, esperemos ver como la continúan en junio de 2011.
lunes, 13 de abril de 2009
una Inteligente reelaboración del mito vampírico: Låt den rätte komma in
Los casos excepcionales suelen ser sumamente refrescantes porque son cada vez más difíciles de conseguir. Ya desde Nosferatu (1922) ofrecían cambios radicales a la mitología del vampiro preestablecida en la literatura (Carmila de Sheridan Le Fanu, El Vampiro de Polidori, Drácula de Bram Stoker entre muchos otros) por diversas cuestiones, pero haciendo hincapié en los hechos de que: el Vampiro como tal es un personaje que fue humano y dejó de serlo, pero no deja de considerarse como parte de un todo, de un clan superior pero que no deja de tener los rasgos psicológicos de los seres humanos; y por otro lado, el hecho de que ellos desprecian a los humanos, pero no dejan de depender de ellos, ya sea por su necesidad de comida o por su necesidad afectiva pues el haber sido alguna vez humano no pueden dejar de relacionarse e incluso enamorarse de ellos pues ahora ya son un tabú en si mismos.
Una gran sorpresa fílmica es la película sueca Låt den rätte komma in (2008), traducida en español como Déjame entrar aunque creo que en esta ocasión la mejor traducción la dieron los americanos: Let the Right One In. Película de difícil clasificación pues a pesar de tener a un personaje Vampiro, no cae en ninguna de las convenciones del cine de terror, en realidad, no se acerca de ninguna forma a dicho género. En realidad, la película esta más cerca del género romántico – existencialista – reflexivo.
El director Tomas Alfredson se basa en el libro del mismo nombre del escritor John Ajvide Lindqvist, quien también hace el guión, lo cual le da un extra a la producción. Déjame entrar retoma al personaje del vampiro como una excusa para que su historia de amor entre Oscar, un niño timorato funcione que con la intención de mostrar a un ser despiadado, en su lugar escoge el punto de vista infantil pre adolecente y trata al vampiro desde su condición existencial, de su aislamiento, de su sed que no tiene nada de glamoroso sino que es necesaria y un poco vergonzosa; además de todo trata de la melancolía que da la inmortalidad y el porque deben de contactar con humanos; pues ellos ya no son humanos y en el fondo de ellos queda un rezago que quiere volver a sentir como sienten los humanos.
El tema fue tratado después (aunque en México lo estrenaron antes) en Twilight (Catherine Hardwicke, 2008 basado en la trilogía escrita por Stephenie Meyer), pero como buena película de gran presupuesto es un drama adolescente envuelto en poderes patéticos y una lucha de poder en la secundaria, como Boyz in the Hood (John Singleton, 1991) meets West Side Story (Jerome Robbins & Robert Wise, 1961) pero todo con colmillos, es decir Shakespeare con colmillos pero mediocre.
Pero ninguna película ha tratado el tema como esta; muy vedada la violencia y poco sangriento, es una demostración del posible amor vampírico de Eli, un vampiro joven y andrógino que parece mujer pero que el mismo dice no serlo (cuestiòn que parece confirmarse en una breve escena en que se muestran lo que parecen ser marcas de la extirpación de sus genitales) por un ser humano, Oskar (en una clara referencia al niño-mountruo que deja de crecer a voluntad de El Tambor de Hojalata de Schlondorff, 1979).
La relación se basa en la prolongación del primer amor, evitado el desconsuelo de ese primer rompimiento que es el más doloroso porque no se sabe cómo se siente y nada nos prepara para el y del que el protagonista tiene la suerte (o el infortunio pues ese rompimiento es el que nos exige madurar emocionalmente), Oskar va a crecer con esa esperanza del primer amor hasta que sea adulto como el personaje Håkan que será su fiel compañero, su asesino personal que mata para vaciarle la sangre a sus víctimas y dársela a Eli y el círculo se cerrará cuando al paso de los años se encuentre con otro adolescente humano y se enamoren mutuamente y por supuesto viene acompañada con la muerte voluntaria del humano, ese amor adolescente cargado de sentimientos y de una carga sexual tan incipiente que nunca rebasarán el límite de la plena atracción sexual.Una excelentemente filmada película, que evita ciertos puntos del libro pero que da una excelente adaptación cinematográfica, y cabe decirlo, es una película sueca, tiene un ritmo más pausado, tomas en someramente en picado que no logra poner a los personajes en una posición de poder sobre los otros pues todos están en ese nivel, fotografía gélidas y en particular el tratamiento que supera los géneros, no es una película de horror, no es una película de amor ni una película de adolescentes, es todo este someramente puesto en hora y media de película. Por supuesto que ya viene el remake gringo para el siguiente año y es muy probable que sea una mugre.
martes, 27 de enero de 2009
Diary of the Dead, regresa el maestro
Hay directores de cine que toman cualquier tema y lo logran adaptar a sus neurosis personales y hay algunos directores que les gusta retomar su misma temática una y otra vez y mostrarla desde todos los ángulos posibles, mostrando que un mismo tema es infinito para ser contado, tal es el caso de Martin Scorsese y de George A. Romero, el primero con la temática de las pandillas en sus distintas épocas y manifestaciones y el segundo al ser el amo y Dios indiscutible del cine de Zombies.
Comenzando con la clásica Night of the Living Dead filmada en 1968 con un presupuesto ridículo de $114,000 y más ganas que conocimientos; sin embargo la película se volvió un clásico instantáneo y a cuatro décadas de su estreno sigue siendo un referente obligatorio del cine y es la piedra angular del cine de Zombies (aunque en ninguna de sus películas se utiliza ese termino).
Le siguieron (entre otras 13 películas que no tienen esta temática) cuatro películas (y una actualmente en filmación): Dawn of the Dead (de 1978, pero de la cual la mayoría conoce el remake del 2004 hecha por Zack Snider en su debut fímico antes de entrar a las ligas mayores con 300), Day of the Dead (1985) y Land of the Dead (2005), cada una aderezada con un toque de crítica vedada (al racismo, al consumismo, a la milicia y a la estratificación social respectivamente) e igualmente cada una con mayor presupuesto que las anteriores.
Pero en 2006 Romero decidió dar un giro a su, hasta ahora pentalogía, pero al parecer será una exalogía, y regresar a sus orígenes. Filmó lejos de los estudios grandes y con un presupuesto muy reducido de 2 millones de dólares (para Land of the Dead tuvo un presupuesto de 15 millones, el mayor en toda su carrera) y decidió filmar en digital y sin actores reconocidos (aunque muchos participaron de a gratis solo por salir con Romero); la historia es una especie de reelaboración de Night of the Living Dead la trama ocurre al mimso tiempo idílico de Night pero con 40 años de diferencial las condiciones y reflexiones son distintas, así como la visión y el sentimiento, incluso la forma de filmar pues esta filmado en primera persona similar a Cloverfield (Reeves, 2008) o The Blair Witch Project (Myrick y Sánchez, 1999) pero a diferencia de éstas que son más efectivitas que otra cosa Diary of the Dead tiene la mezcla junta de movimientos, trama asfixiante, muertos y sangre, resulta el mejor ejemplo para las películas en primera persona, y aunque sucede a la par de Night, no se contrapone de ninguna manera, se complementa y a la vez funciona como un ente aparte dentro de su mitología.
Además ofrece una crítica abierta e inteligente a la sociedad mediatizada, crítica que pudiera compararse a la que realiza Oliver Stone en Natural Born Killers(1994), en la cual los medios cubren todo pero al mismo tiempo pierden la credibilidad de todo y se enfoca en la fascinación que evoca el hecho de estar comprometido con una audiencia de la cual no se sabe nada y de la que, de acuerdo a la película, ya no va a existir. Romero también se da tiempo para citarse a si mismo, bromear con los fanáticos del cine de terror y criticar sus propias películas; sus temas recurrentes como la alienación y la deshumanización no gracias a la catástrofe externa siguen presentes y mejor que nunca.
Para la trivia: Stephen King, Wes Craven, Simon Pegg (si no han visto Shaun of the Dead se estan perdiendo de una gran película), Quentin Tarantino y Guillermo del Toro prestaron su voz para la película, sin saberlo todos ellos le rinden culto al maestro Romero por haberlos influenciado en más de una forma. Romero regresa con una nueva película de Muertos Vivientes este año, filmada con las mismas condiciones que Diary y con el mismo objetivo: intentar corregir y afilar sus dientes a las críticas sociales que envolvían sus películas y al mismo tiempo mostrar Zombies, sangre y lo peor de la humanidad en un solo paquete de 90 minutos (en promedio).
Lo más importante, Romero demuestra que a sus casi 69 años (los cumple el 4 de febrero) es uno de los mejores directores de terror que existe actualmente y que con la mano en la cintura se supera a si mismo, y junto con él al resto de los directores y seudo directores de terror de la actualidad, cuando se tiene la magia es dificil perderla.